No hay esperanza de navegar directamente a través de Urano, a pesar de su composición gaseosa. Los planetas exteriores Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno están compuestos principalmente de materiales que son gases o líquidos a temperatura y presión estándar . Las partes de esos mundos que podemos ver, su atmósfera superior, se encuentran en estado gaseoso, pero en su interior poseen un núcleo de roca y metal compuesto de los mismo materiales que los terrestres. Aún así, aunque esto último no fuera cierto, y se decide realizar un paseo en sonda atravesando uno de estos planetas, nada más sumergirse en la atmósfera la tranquilidad aparente cambiará rápidamente debido a un aumento de la temperatura y la presión que harían añicos la nave espacial.
En el Sistema Solar temprano, hubo frecuentes choques entre los protoplanetas y los cuerpos llamados planetesimales. Un planetesimal al chocar con el protoplaneta sería absorvido por éste, contribuyendo con su masa y su impulso, a la unión final. En el caso de Urano es mucho más probable que el impacto se produjera en el centro, y como consecuencia, la colisión habría podido reorientar el protoplaneta, o contrarrestar el giro, y también podría haber cambiado su eje de rotación.
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