Antes de comenzar cualquier observación deberemos preparar todo el material, como bolígrafos, los partes de observación, mapas, en casos de observación visual las tablas de magnitud límite, una linterna roja, a ser posible de las que tienen pinza para tener las manos libres, un reloj y una tabla donde apoyar las hojas. Así mismo es importante tener una silla cómoda. Y sobre todo mucha ropa de abrigo y termo con café.
Antes de empezar a observar en cada intervalo de tiempo prepararemos los mapas de las zonas a estudiar y situaremos visualmente el punto radiante para clasificar claramente la asociación o no de un meteoro al radiante. Si bien, hacer esto no es aconsejable en las primeras observaciones pues corremos el riesgo de asociar todos los meteoros vistos al radiante por pura sugestión.
La técnica visual es la más accesible de todas ellas, y posiblemente la más sencilla de realizar dentro de la astronomía amateur. De todas las maneras de observar meteoros ésta es la más practicada con diferencia. Solamente necesitamos unos cielos limpios, transparentes, con una magnitud límite que no debe bajar de la 5, y paciencia. Consiste en observar el cielo e ir anotando los meteoros que vamos viendo.
Los mínimos datos a recoger son el radiante del que procede el meteoro y la magnitud visual del mismo. Datos como el color únicamente los tomaremos cuando la actividad sea muy baja y el registrar dicho dato no suponga el perder de manera notable atención a la observación. Otro dato también interesante a registrar es la velocidad, si bien, en caso de no anotarla, deberemos tenerla en cuenta a la hora de clasificar un meteoro dentro de un radiante. Por ejemplo, un meteoro de velocidad lenta no puede ser clasificado como Perseida, pues la característica de este radiante son las altas velocidades.
También es habitual dibujar en unos mapas diseñados a tal efecto los trazos de los meteoros, para mejorar la precisión en la clasificación de los mismos. Este se vuelve especialmente importante cuando trabajamos con los denominados complejos de radiantes, donde se sitúan en una pequeña área del cielo varios radiantes, tales como las virgínidas en Marzo, el complejo de Acuario en Julio y las Táuridas en Noviembre, pues así se puede clasificar con mayor precisión los miembros de cada radiante.
La observación visual hay que realizarla en intervalos de tiempo no inferiores a 45 minutos, ni tampoco realizar observaciones muy prolongadas sin descansos.
Según sea la actividad deberemos modificar nuestra manera de registrar los datos.
Con baja actividad, podemos rellenar la mayor parte de los datos del parte de observaciones. Podemos tomar datos como la hora exacta sin ser necesario registrar con precisión de segundos, el color, la velocidad, dibujar el trazo, etc…
En caso de actividades altas, deberemos centrarnos en los datos más importantes para intentar perder el menor número de meteoros mientras realizamos nuestras anotaciones, por supuesto nos olvidamos de dibujar su trazo en el mapa. Fundamentales son los datos de la magnitud y el radiante al que está asociado. En caso de no darnos tiempo a registrar la hora podemos realizar una agrupación por intervalos de tiempo.
Muy interesante, aunque en mi caso, no sirve de mucho apuntar los meteoros que voy viendo
Hola,
Principalmente se presenta la metodología para permitir que nuestras observaciones puedan formar partes en posteriores análisis como el cálculo de la THZ o la relación poblacional del enjambre.
Saludos,
Fran
cálculo de THZ y relación poblacional del enjambre, se me escapa. No se que significa
Hola,
Perdona. En concreto la THZ se explica en el sexto artículo.
La THZ, o tasa horaria zenital, es el número de meteoros que verías por hora, si el radiante está en el cenit y estuvieses en un lugar muy oscuro. En resumen, expresa la verdadera actividad.
La relación poblacional (r) indica la tasa de meteoros de un brillo respecto a los de una magnitud mas débil. Por ejemplo, si r=2, quiere decir que si hay 3 meteoros de la magnitud +2, habrá 6 de la magnitud +3.
Son valores que permiten conocer mejor la distribución de los meteoros en el espacio, lo cual a su vez permite un mejor conocimiento del paso del cometa que los originó.
Saludos,
Fran
muy interesante, si señor. Gracias por la explicación. Me ha quedado bastante claro. Todo esto es muy interesante
Al final la idea es que mediante el registro de lo que observamos, se pueden ayudar a conocer mejor el tubo meteórico (región en el espacio con forma cilíndrica y que es cruzada por la Tierra causando las lluvias de meteoros), y de este modo, el cometa que lo originó.
Saludos,
Fran
[…] En este artículo encontrarás indicaciones para observar meteoros visualmente: “Observando meteoros (II): La observación visual“. […]