Planck es un misión de la Agencia Espacial Europea (ESA), con importantes contribuciones de la NASA. Bajo un único acuerdo entre la NASA y el Departamento de Energía, los científicos de la misión Planck ha tenido acceso garantizado a los superordenadores del Departamento de Energía situados en el National Energy Research Scientific Computing Center (y pertenecientes al Lawrence Berkeley National Laboratory). El grueso de estos cálculos fueron realizados en un sistema Cray XE6, llamado Hopper.
Este ordenador realiza más de un quintillón de cálculos por segundo, realizándolo del modo más rápido en el mundo. Uno de los aspectos más complejos del análisis de los datos de Planck implica al ruido de sus propios detectores. Para detectar el increíblemente débil fondo de radiación de microondas, estos detectores están fabricados en un material extremadamente sensible. Cuando los detectores capturan luz de una parte del firmamento, no se resetean a un estado neutral, sino que emiten un bit. Este bit afecta a las observaciones realizadas en la siguiente parte del firmamento. Este ruido debe ser entendido, y corregido, para cada uno de los mil millones de puntos observadores repetidamente por Planck a medida que se desplaza por el firmamento. El superordenador logra su objetivo ejecutando simulaciones de como Planck hubiese observado el firmamento entero en condiciones diferentes, permitiendo al equipo identificar y aislar el ruido.
Otro reto consiste en burlar la señal de la radiación procedente del material existente justo delante de la radiación de fondo cósmico. Esto resulta ser muy complicado, como algunos astrónomos han señalado, pero el superordenador ha podido manejar esta situación. Tal y como indica Charles Lawrence, científico norteamericano de la misión Planck, «Es como si hubiese algunos insectos en nuestro parabrisas y que queremos quitar para poder ver la luz, pero una tormenta de insectos nos rodease en todas las direcciones. Sin la cooperación entre la NASA y el Departamento de Energía, Planck no hubiese podido hacer la ciencia que está haciendo a día de hoy». Los cálculos necesitados para la generación de datos actuales de la misión Planck ha requerido más de 10 millones de horas de procesador en el Hooper. Afortunadamente, el código de análisis de los datos de Planck se ejecuta simultáneamente en cientos de miles de procesadores en el superordenador, de modo que únicamente fue necesario unas pocas semanas.
[Fuente de la noticia: Phys.org (http://phys.org/news/2013-03-supercomputer-planck-mission-expose-ancient.html)]
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