La presencia de estos tres cinturones hace pensar la existencia de exoplanetas que podrían haber limpiado de escombros las regiones situadas entre ellos. Ahora, una simulación por ordenador realizada por los investigadores del Laboratoire d’Astrophysique de Burdeos (Francia) aporta pistas para comprender mejor la dinámica de dichos cinturones y su conexión con los hipotéticos exoplanetas. El primer resultado obtenido del estudio indica que el cinturón interno, el más caliente, debería recibir material continuamente procedente del cinturón más exterior para poder compensar el perdido por su proximidad a la estrella.
Esta misma simulación permite establecer una posible forma de abastecer al cinturón interior con nuevo material procedente del cinturón exterior. La existencia de un planeta en la proximidad del borde del cinturón frío dispersaría material hacia el interior. Sin embargo, esto podría finalizar y con el tiempo el flujo de material hacia la región interior se cortaría, causando un descenso del material existente en el cinturón más interno. Sin embargo, esto podría no ocurrir gracias al principio de conservación del momento angular. Así, cuando el hipotético planeta desvía un planetesimal o un resto hacia el interior, él se desplazaría un poco hacia el exterior pudiendo adoptar una nueva órbita que le permita capturar más material.
Inicialmente el cinturón de polvo de Vega fue descubierto en los años 80 con el satélite IRAS. Sin embargo, los datos más detallados llegaron en 2005 de la mano del telescopio espacial Spitzer, que lo observó en diferentes longitudes de onda. Así, en diversas longitudes de onda, este cinturón, mostró diferentes tamaños. En 24 micrómetros su tamaño es de 330 UAs (una Unidad Astronómica (UA) equivale a la distancia media Sol-Tierra). En 70 micrómetros el tamaño es mayor, llegando a las 540 UAs. En 160 micrómetros, este tamaño llega a 815 UAs. Por tanto se cree que el tamaño (en la región más exterior) del cinturón podría estar situado entre 900 y 1.000 UAs.
Por otro lado, las observaciones muestras que la zona interior se sitúa en una región entre 70 y 100 UAs de Vega, y se cree que el material situado en esta región sea producto de colisiones entre cometas y/o asteroides en regiones más interiores, y posteriormente desplazados los restos por la intensa radiación de la estrella. De las observaciones realizadas por Spitzer, probablemente la mayor parte de cinturón esté formado por partículas de polvo con una tamaño entre 1 y 50 micrómetros, y su masa total sea únicamente de 0,003 veces la masa terrestre. Es por ello, que cada vez se piensa más en dicho cinturón, como un cinturón de polvo, en lugar de un cinturón protoplanetario.
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